Arriesgar el alma

A primera hora de la mañana caminaba con ella de la mano entre las jaulas de los animalitos de la zona de la granja escuela.

Parece mentira la evolución de una niña tan complicada gracias a la ecuación de la ternura y la firmeza en equilibrio. Marta le ha incorporado el imprescindible grado de paciencia para tarea semejante.

Lo ha hecho a conciencia. En los desayunos, comidas y en cada rato en que la niña volvió a parapetarse en sus mecanismos de defensa ante cualquier negativa o frustración. Han habido ratos de mucha, mucha, mucha resistencia.

Ahora camina brinqueando desenfadada y señalando hacia cada uno de los animales.

Junto a la sonrisa que me provoca la escena, asoma cierta precaución. Hoy habrá que estar pendiente de Marta. Lograr estas raudas transformaciones solo es posible bajo clave de implicación, y la implicación supone arriesgar el alma.

Marta prolonga las últimas horas de la mañana con la mayor normalidad posible que permita disfrutar del último lavado, de la última muda, del último desayuno y de los últimos juegos juntas.

Tras la oración, la corta edad de la niña no impide que sea consciente de que el campamento acaba y abraza de forma desesperada a Marta para hacer más largos los últimos minutos. Lo hace con las manos, los brazos, las piernas y con el alma.

Abrazada a ella, lleva a la niña por el camino que va abandonando la finca hacia la carretera de entrada. Abrazada a ella, deja el equipaje de la niña en el maletero. Abrazada a ella, la lleva hasta la puerta del autocar. En el segundo escalón los monitores de Linares tienen que arrancar a la niña del cuello de Marta para que el autocar pueda marchar.

He seguido la escena con la mirada. A Marta le quedan solo las energías necesarias para darse la vuelta y descender los dos escalones del autobús sin que la niña le vea llorar. Pie en tierra y deshecha en lágrimas, procuro estar en el lugar donde pueda encontrar un abrazo en el que cobijarse.

...

Ya en las piscinas de Ayna, Marta está serena y participa de los juegos y las risas. Pero, por pequeños intervalos, puede contemplarse su mirada perdida, con toda seguridad en dirección a Linares, a su niña.

La implicación requiere arriesgar el alma ... a cambio de engrandecerla.

Comentarios

  1. Buenas noches.
    Probablemente hoy habra sido el día más duro. Inteso en emociones y sentimientos. Como lo ha sido para nosotros el ratito que hemos hablado con Natalia. Rota de pena , la intensidad de estos días .....y el saber que no volverá el próximo año....., no encontraba consuelo ...
    Experiencas que nos hacen valorar todo lo que tenemos .
    Nuestro reconocimiento a todos los que habéis participado en esta gran obra.
    Muchas gracias.
    Un beso para todos
    Ricardo Domínguez Martín
    Natalia Pérez Villena

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  2. Mil gracias a Josema y todos los monitores por haber permitido que nuestros hijos hayan tenido esta oportunidad que crecimiento personal y de acercamiento a los más pobres de nuestra sociedad.
    Gracias Josema, pues con tus crónicas hemos ido viviendo con vosotros y reflexionado sobre esta experiencia de amistad y compartir de nuestros hijos. Un abrazo a todos ,Paloma

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